Cada tanto uno se pone un plazo para realizar cierta cosa
pendiente o en cuestión. Por ejemplo, en 15 días tengo que bajar equis cantidad
de kilogramos, en 20 días ahorraré 100 pesos para comprarme un vestido, y ese
tipo de cosas.
Bueno, mi objetivo va más allá de bajar los rollos o de
adquirir indumentaria. Mi meta en éste caso es más difícil que enhebrar un hilo
en la aguja con los ojos cerrados en medio de un apagón con viento de frente a
mil por hora. Lo mío es intentar, (préstese atención que no demuestro demasiada
convicción, ya soy más realista), dejar de chillar, llorar, hacer berrinche, el
31 de diciembre. Sí, sí. No sé por qué esa obstinación por persuadirme a mí
misma en derramar la última lágrima esa noche.
Quizás porque soñé que esa noche estaría brindando por algo
nuevo para el año nuevo en compañía. Pero no. Nada de la realidad cambió. En
mis sueños sigue igual, está ahí, tan lindo como siempre. Pero el golpe de
sidra y clericó me harán estrellarme contra la tierra como un huevo. Lo sé.
Me seguirán persiguiendo los recuerdos, y absolutamente todo
lo que me lleve a pensar en los recuerdos. Y como si fuera capricho del
destino, últimamente todo me lleva a pensar en cosas que son “especiales”.
Para colmo, aumenta mi bipolaridad extrema en el día:
- Ok, ya no me
importa… pero, ¿pensará en mí?... ¡naa! ¿¡Qué va a pensar en mí!? Jajaja (risa
esquizofrénica)… No pará, y si lo hace… ¡Pff! Ni ahí, seguro le está diciendo a
otra lo mismo que me decía a mí a esta altura del año pasado…
Y cosas por el estilo.
Lo sabido desde épocas ancestrales en mi mente, es que se
vienen temporadas jodidamente largas para mi almohada y mis párpados. Hace un
año me tropezaba con la piedra más brillante que pude haber encontrado por ahí,
o que me encontró mejor dicho. Tanto era el brillo, que me encandiló fácil y
rápidamente. Tipo flash de fotografía.
En fin, para el 31 prometo, (na, no me crean), llorar por
última vez. Si así no lo hiciese, que vengan a mis sueños todos esos momentos
tan lindos y me torturen todo enero. Que así sea.
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