sábado, 1 de diciembre de 2012

El 31 voy a dejar de lloriquear





Cada tanto uno se pone un plazo para realizar cierta cosa pendiente o en cuestión. Por ejemplo, en 15 días tengo que bajar equis cantidad de kilogramos, en 20 días ahorraré 100 pesos para comprarme un vestido, y ese tipo de cosas. 

Bueno, mi objetivo va más allá de bajar los rollos o de adquirir indumentaria. Mi meta en éste caso es más difícil que enhebrar un hilo en la aguja con los ojos cerrados en medio de un apagón con viento de frente a mil por hora. Lo mío es intentar, (préstese atención que no demuestro demasiada convicción, ya soy más realista), dejar de chillar, llorar, hacer berrinche, el 31 de diciembre. Sí, sí. No sé por qué esa obstinación por persuadirme a mí misma en derramar la última lágrima esa noche. 

Quizás porque soñé que esa noche estaría brindando por algo nuevo para el año nuevo en compañía. Pero no. Nada de la realidad cambió. En mis sueños sigue igual, está ahí, tan lindo como siempre. Pero el golpe de sidra y clericó me harán estrellarme contra la tierra como un huevo. Lo sé. 

Me seguirán persiguiendo los recuerdos, y absolutamente todo lo que me lleve a pensar en los recuerdos. Y como si fuera capricho del destino, últimamente todo me lleva a pensar en cosas que son “especiales”. 

Para colmo, aumenta mi bipolaridad extrema en el día:
- Ok, ya no me importa… pero, ¿pensará en mí?... ¡naa! ¿¡Qué va a pensar en mí!? Jajaja (risa esquizofrénica)… No pará, y si lo hace… ¡Pff! Ni ahí, seguro le está diciendo a otra lo mismo que me decía a mí a esta altura del año pasado…

Y cosas por el estilo. 

Lo sabido desde épocas ancestrales en mi mente, es que se vienen temporadas jodidamente largas para mi almohada y mis párpados. Hace un año me tropezaba con la piedra más brillante que pude haber encontrado por ahí, o que me encontró mejor dicho. Tanto era el brillo, que me encandiló fácil y rápidamente. Tipo flash de fotografía. 

En fin, para el 31 prometo, (na, no me crean), llorar por última vez. Si así no lo hiciese, que vengan a mis sueños todos esos momentos tan lindos y me torturen todo enero. Que así sea.

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